La raíz verbal de Yoga es YUJ=UNCIR, SUJETAR, ATAR. Es decir, que debe existir un esfuerzo por parte del practicante para sujetar la mente. De ahí la definición de Patánjali, donde expone que el objetivo del Yoga es aquietar la mente, silenciarla.
A medida que practicamos vamos lográndolo cada vez un poquito más, lentamente, con voluntad y paciencia... Yoga es un camino que nos conduce a la liberación, ya que el runrun incesante de nuestra mente nos hace esclavos de nuestros pensamientos y emociones, si aprendemos a silenciarlos, veremos la vida con más claridad 😊
En cada clase integramos posturas físicas (asanas), ejercicios respiratorios (pranayamas) y un trabajo o conciencia interior a la que llegamos a través de la relajación y la meditación, aprendiendo a escuchar nuestro propio cuerpo y a conectar con la quietud mental.
Las clases comienzan con la toma de contacto personal, conectando con nuestra respiración, interiorizandonos a través de nuestros sentidos (pratyahara) y tomando conciencia del "aquí y ahora". De esta manera vamos dejando gradualmente que todas las preocupaciones y obligaciones del día se vayan desvaneciendo para dar lugar al contacto íntimo y personal de nuestras sensaciones físicas, mentales y emocionales. Una vez que hemos logrado estar presentes sobre nuestra esterilla es cuando podemos decir que ya estamos preparadas/os para iniciar la práctica!
Entonces abrimos la práctica cantando los Mantras, que son una serie de frases que expresan contenidos positivos y alegran nuestro ser. Luego comenzamos a movilizar nuestro cuerpo con una serie de ejercicios dinámicos como el Saludo al Sol o a la Luna, y que preparan nuestro cuerpo para las asanas. Desde el inicio de la clase y con la progresión de la misma nuestra respiración se va tornando más dinámica y profunda.
Comenzamos a habitar cada asana, cada forma física en la que entramos y de la que salimos, experimentando la progresión entre nuestra respiración y el movimiento, presenciando cómo surgen las cosas, cómo se sostienen, y cómo se disuelven o son transformadas.
Antes de la relajación final en savasana, realizamos ejercicios de pranayama (respiración consciente) o una meditación.
Después de todo lo recorrido durante la clase podríamos decir que hemos creado las condiciones necesarias para descansar nuestro cuerpo y nuestra mente en la relajación final, sintiéndonos en paz y unión con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.
Finalmente acabamos la clase cantando el mantra Om y agradeciendo el habernos regalado la posibilidad de sentirnos a nosotros mismos como parte del todo.
Profesora de Yoga y Formadora de Profesores de Yoga por el “Centro de investigación de yoga Patanjali” en la Escuela Sakura Take Kan de Salamanca
Profesor de Yoga e imparte clases de Yoga Aéreo en la naturaleza, al lado del río, y da clases individuales y adaptadas.
Desde Yoga Nómada buscamos ese espacio desde donde poder compartir un momento significativo de nuestras vidas, respetando los tiempos necesarios que cada un@ tiene para asimilar, integrar y dejar que poco a poco yoga se vaya transformando en una forma de vivir, de ver, de sentir, de relacionarnos…
Te invitamos a compartir tu experiencia, tus sensaciones, tus dudas y descubrimientos.
Puedes hacerlo mandando un e-mail o whatsapp a Nagami: [email protected] – 638 43 19 06